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¿Por qué es importante el trabajo decente?

J Felipe Cajiga


Alrededor de dos mil millones de personas en el mundo –más del 25% de la población mundial– forman parte de las cadenas de valor mundiales o están conectadas a ellas a través de sus familias o comunidades. Estas personas quieren y merecen estar sanas, seguras y tratadas de manera justa en el trabajo y proporcionar un buen futuro para sus hijos.


Más personas con empleos decentes significa un crecimiento económico más fuerte e inclusivo. Un mejor crecimiento significa más recursos para crear empleos decentes. Se trata de una ecuación sencilla, pero que se ha descuidado en su atención. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible nos brinda la oportunidad de hacer un cambio y mejorar las vidas de miles de millones de personas.

El aumento del empleo y la garantía de un trabajo decente para todos son aspectos esenciales para avanzar hacia un desarrollo sostenible. El empleo de calidad y las condiciones de trabajo decentes ayudan a reducir las desigualdades y la pobreza, y empoderan a las personas, especialmente a las mujeres, los jóvenes y los más vulnerables, como las personas con discapacidad. Por lo tanto, es importante impulsar la creación y promoción de puestos de trabajo que proporcionen ingresos decentes, garanticen unas condiciones de trabajo seguras, proporcionen protección social y salvaguarden los derechos de los trabajadores.


Pero ¿Qué es el trabajo decente? La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el trabajo decente como "el trabajo productivo para mujeres y hombres en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana".


Entonces, podemos decir que el trabajo se considera decente cuando cumple con:

  • otorgar un ingreso justo.

  • garantiza una forma segura de empleo y condiciones de trabajo seguras.

  • garantiza la igualdad de oportunidades y de trato para todos.

  • incluye la protección social de los trabajadores y sus familias.

  • ofrece perspectivas de desarrollo personal y fomenta la integración social.

  • los trabajadores son libres de expresar sus preocupaciones y de organizarse.

Las empresas que promueven el trabajo decente en sus organizaciones y en su cadena de valor pueden con ello impactar e impulsar el mejoramiento de la calidad de vida de sus colaboradores al tiempo que contribuyen al desarrollo sostenible.


El éxito de los negocios está estrechamente vinculado a la prosperidad de las comunidades en las que operan. No puede haber negocios exitosos, en comunidades que no son prosperas. A largo plazo, las empresas sólo pueden prosperar si las sociedades lo hacen.


El trabajo decente, tiene importantes beneficios hacia dentro y fuera de la empresa, pues permite:

  • Reducir la desigualdad, reducir conflictos y aumentar la resiliencia en la sociedad.

  • Contribuir a sociedades más equitativas, pacíficas e inclusivas.

  • Mejorar las condiciones de trabajo y las oportunidades para todas las mujeres y hombres.

  • Contribuir a la igualdad de género y al empoderamiento de las mujeres, ya que las mujeres en las cadenas de valor donde están sujetas de manera desproporcionada a abusos.

  • Permitir que las personas y las familias satisfagan sus necesidades económicas, enviar a los niños a la escuela en lugar de trabajar, y tener recursos financieros para gastar en la economía local impulsando con ello su desarrollo.

  • Al formalizar el empleo, se aumentan los ingresos fiscales para los gobiernos, de modo que puedan financiar inversiones en educación, capacitación, creación de capacidad, desarrollo de infraestructura y salud, garantizando trabajadores calificados y un entorno de trabajo sostenible.

  • Apoyar el crecimiento y el desarrollo de las empresas, incluidas las pequeñas y medianas empresas, para que puedan contratar a más trabajadores, mejorar sus salarios, así como las condiciones de trabajo y de vida, al tiempo que fortalecen las economías locales y nacionales.

  • Permiten influir en las condiciones laborales de la cadena de valor, si vienen acompañadas de políticas y prácticas de adquisición justas y respetuosas que evitan plazos de entrega cortos, cambios de última hora, volúmenes de pedidos inconsistentes, pagos atrasados, etc., también ayudan a los proveedores a crear buenas condiciones de trabajo.

Las empresas deben comprender que más allá de sus obligaciones legales, es importante respetar los derechos humanos y laborales y ocuparse de mejorar las condiciones de trabajo en su cadena de valor.


Comprar responsablemente tiene sentido comercial: la opción más barata podría no costar lo menos para mi empresa a largo plazo Los códigos de conducta, las auditorías y los mecanismos de certificación son un buen punto de partida, pero podrían no ser suficientes para abordar los impactos y apoyar la mejora a largo plazo de las condiciones laborales en mi cadena de suministro.


Estos mecanismos deben utilizarse junto con sólidos sistemas de diligencia debida en materia de derechos humanos Generar confianza, compromiso y diálogo es importante al identificar y abordar los riesgos en mi cadena de suministro, incluso en los niveles más profundos, e involucrar a los proveedores en buenas prácticas


El tiempo está encima, debemos acelerar los procesos de aprendizaje en las empresas, para ello resultará útil el intercambio de experiencias que representen un canal de comunicación efectivo sobre prácticas y políticas de responsabilidad social y sostenibilidad con otras empresas (cámaras, asociaciones, grupos de trabajo, alianzas, etc.) ayudará a la empresa a:

  • Alinear sus prácticas y decisiones de compra con su estrategia de sostenibilidad.

  • Entender dónde están los riesgos para los trabajadores y centrarse en el compromiso con los proveedores más relevantes.

El trabajo decente está directamente vinculado con el alcance de otros grandes retos socioeconómicos de nuestras sociedades como lo son la inclusión social, el combate a la pobreza, el desarrollo integral y el bienestar de los individuos.


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