J Felipe Cajiga
”Si miro a todos, nunca actuaré. Si miro a uno, lo haré.
—Madre Teresa
Hay un concepto que se conoce como “víctima identificable.”
Este nos explica cómo una historia personal, que se centra exclusivamente en su difícil situación y no en la de otras víctimas de la misma situación, es mucho más probable que genere la acción caritativa o de empatía que descripciones más frías de “víctimas estadísticas” anónimas incluídas en una estadística por más contundente que sea.
Por lo tanto, la historia de uno está estrechamente ligada a algo muy fundamental que nos hace decidirnos por la acción: las emociones > los hechos.
Cuando quiera contar sobre el trabajo de su organización. Siempre considere hacerlo eligiendo un protagonista. Siempre hágalo centrado en una persona, si es posible, en lugar de un grupo no identificado.
Dale a tu protagonista un nombre, una edad y una ubicación. Incluso si este nombre o edad puede no ser real, para no exponer a una persona en particular usted está haciendo esto con el fin de crear una ”persona” que representa y pertenece a ese grupo demográfico con el que su organización está trabajando.
Luego, trata de describir su vida actual. ¿Dónde vive? ¿Qué hace? ¿Va a la escuela o trabajan? ¿Tiene familia? Proporcione los detalles correctos para ayudar a su audiencia a conocer a su protagonista.
Recuerda, cuanto más se sienta tu audiencia como si conociera a tu protagonista, más empatía y emociones sentirán por ellos, empleándolos así a actuar cuando se lo pidas.