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La disyuntiva de las Organizaciones frente a la pandemia.


Queda claro que todo el Mundo nos detuvimos al inicio de la pandemia, unos más que otros tardamos en reaccionar. Si alguien nos hubiera preguntado, seguramente nadie hubiese acertado en el pronóstico que más de un año después de alguna manera seguiríamos en esto. El tiempo siguió su curso, quedo claro que no es posible esperar a que todo acabara para volver a la actividad. Las formas de trabajo se han transformado, las cosas eso si no son iguales y tampoco debieran. Algo tuvimos que aprender.

Hay muchos sectores que es necesario que se reactivaran y uno de ellos sin duda el de la acción social, las causas, la población o comunidades que atienden no pueden esperar. Aquí quiero compartir con ellas algunas reflexiones de lo que desde mi punto de vista deben de hacer para enfrentar la nueva realidad y seguro que la parálisis no es, ni puede ser la opción.


¡Es urgente que quien todavía se debate entre que lo que debe de hacer o como enfrentar el nuevo entorno pasen a la acción inmediata!

Lo que planteo se resume en 5 acciones sencillas pero profundas, que de asumirlas cualquier organización tendrá muchas más probabilidades de salir adelante que otras que no lo hagan.

¿Me acompaña a reflexionar en cada una de ellas?

1. SOLUCIONAR. La Organización Social debe hacer énfasis en las Soluciones que ofrece más que en las necesidades. La Sociedad ha estado muy agobiada con tanto problema, que necesita ver el lado positivo de las cosas, y en eso seguro que las Organizaciones de la Sociedad Civil tienen mucho que aportar, pero pocas veces hablan o ponen atención en ello. ¡Esta crisis ha sensibilizado a toda la Sociedad, ahora es momento de ver para adelante! Se centran en lo que necesitan ellos o las comunidades, sí, pero por qué no hablar de las oportunidades que ofrecemos. ¡Hay muchas organizaciones que nos hablan a diario de la necesidad que tienen y los problemas que enfrentan, hay que darle vuelta al enfoque!

2. FOCALIZAR. Las organizaciones cumplen con muchas tareas, su compromiso va más allá de toda prueba. Lo que las lleva a hacer TODO, literalmente todo lo que puede. Eso es de lo más importante que DEBE cambiar. No quiero decir que, para siempre, pero si al menos por ahora. Debemos hacer un autoanálisis muy sincero y profundo. Preguntemos ¿De todo lo que hago en que soy el mejor? ¿En qué somos capaces de lograr el mayor impacto? ¿Qué es lo mejor que hacemos? ¡Y en lo que resulte es en lo que nos debemos focalizar! ¡En lo que hacemos mejor, lo demás puede (debe) esperar! Puede parecer intrépido, puede sonar difícil y quizá lo es, pero es necesario. Los resultados al poco tiempo serán sorprendentes.

3. CONECTAR. Esto nos lleva al tercer punto, cuál queremos que sea el legado de nuestra organización. ¿Cómo o por qué queremos que sea recordada si el día de mañana, en el futuro ya no está? ¿Por qué estamos en esto que hacemos? Esa razón que nos hace diferentes a otras instituciones, pues ese es nuestro propósito y desde él es que debemos buscar conectar con la gente, con todos con nuestros voluntarios, con nuestro propio Consejo o Patronato, con los benefactores, con los directivos de la empresa que nos apoya, con nuestros vecinos. Cuando el propósito es perfectamente entendido y compartido, las conexiones se vuelven mágicas e incrementan exponencialmente su potencial.

4. CONTAR HISTORIAS. Todos nos sentimos identificados con las historias, sobre todo si en algo resuenan con lo que creemos o hemos vivido. Las Organizaciones deben de aprender a contar sus historias, pero desde una narrativa diferente. No desde el dolor y la desesperanza. Hay que contar como con el trabajo de cada día, todos los involucrados en la organización contribuyen a la transformación de este Mundo en un lugar mejor. Con personajes de carne y hueso, no con superhéroes, ¡pero si con personas excepcionales! Con sus anécdotas, contando sus aciertos, pero también los errores que cometieron. Las grandes decisiones, pero también como llegamos a ellas, lo que pasamos para llegar hasta aquí. ¡Hablemos desde la Esperanza, visibilizando nuestra labor! Para ello nos podemos valer de los nuevos recursos que pone a nuestro alcance la tecnología: el video, las redes sociales, los testimonios todo sirve, todo abona y lo mejor de todo lo tenemos al alcance de nuestra mano.

5. INVOLUCRAR. Los tiempos en que se creía que todo lo puede hacer una sola instancia, han quedado atrás, ¡muy atrás! En estos tiempos nos ha quedado muy claro que como Sociedad no avanzaremos si vamos solos, debemos trabajar en colaboración. Poniendo cada uno lo mejor de sus capacidades y talentos en favor del bien común. Sobre todo, si ahora estamos FOCALIZANDO, debemos buscar, crear, participar en alianzas con otras organizaciones, empresas y actores sociales. Esto incluye también al gobierno. Sin recelos, ni prejuicios las circunstancias así nos lo exigen. La diferencia está entre llegar a mejores resultados, más rápido o buscarlos en solitario y nunca llegar. Pues ahí están no es cuestión de presupuestos, no tenemos que gastar más en ninguno de ellos, es replantear el trabajo desde otro enfoque ¡Así de simple!

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