Sin lugar a duda la comunicación y la interacción entre la empresa y sus clientes siempre han jugado un papel clave en el éxito de esta. Pero nunca como antes, tantos públicos demandan la atención de la empresa y esperan saber en qué cree, a que aspira y que temas le son importantes. La gente le gusta sentir que las empresas se acercan a ellos de forma individual, tratan de satisfacer sus necesidades y prestan especial atención a sus intereses.
En el pasado, las empresas que han logrado establecer una relación con sus clientes se han ganado la lealtad y el reconocimiento, premiándola con su preferencia. Pero hoy ya no es suficiente con que la empresa diga algo creativo, que ofrezca un buen producto o servicio, sino que su comportamiento y visión del mundo esté en sinfonía con su forma de ver y entender las cosas.
Hoy en día, si la empresa no es capaz de establecer una conexión con sus públicos (stakeholders) en temas como el cambio climático, la sostenibilidad, la inclusión, la igualdad de oportunidades, la participación de sectores excluidos, los derechos humanos, la educación o la salud entre otros temas, puede costarle su reputación y la preferencia en el mercado.
Definitivamente, el contenido ahora es fundamental para impulsar la pertinencia de una organización que aspira a ser líder o mantenerse en tal situación tienen que ocuparse de saber diferenciarse de sus competidores. Es un imperativo saber coincidir con la forma de sentir y pensar de sus audiencias, contando historias verídicas, inspiradoras y que den testimonio de que le interesa lo que es relevante para la Sociedad.
Pero contar historias no se trata solo de crear un eslogan o una campaña publicitaria que sirva para vender. Es algo mucho más profundo y trascendente, no basta con que la empresa se declare social o medioambientalmente responsable. Es un concepto mucho más complejo y sofisticado que cubre varios aspectos, desde el conocer y compartir su propósito, hasta el contribuir con innovación social a la solución de grandes temas de preocupación social, como puede ser alguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Aunque pareciera que no hay nada nuevo en el mundo de las comunicaciones empresariales, estas viven un momento de gran trascendencia no sólo para el rol social de la empresa y su negocio, sino para el desarrollo y bienestar de las comunidades en las que operan.
No se trata de escribir una narrativa sobre lo que hace la empresa para ganar dinero proporcionando a las personas los bienes que necesitan. Se trata de captar la atención de las personas y establecer vínculos personales, emocionales genuinos y convincentes con todos los públicos interesados, se trata de saber tener una historia para que grabe su marca en la memoria de las personas.
Una historia del propósito de una marca o de la empresa en su conjunto bien escrita abarca tanto los valores como los hechos como los sentimientos que desea asociar con su empresa. Es capaz de generar una reacción emocional a partir de principios compartidos.
En un mundo donde solo había un flujo de información en una sola vía de la empresa al cliente o al consumidor, cambiar la dirección y el contenido de las comunicaciones es revolucionario. Antes, la gente consideraba las empresas como algo abstracto. Los veían como máquinas que ofrecían productos a cambio de dinero. Hoy, los clientes conocen su valor. Saben que las corporaciones compiten por cada cliente conectando con lo que es importante para ellos, incluyéndose a sí mismos.
Sin embargo, es incorrecto suponer que ahora está todo del lado contrario a las empresas. Las empresas pueden ser proactivas y liderar la historia de su marca eso sí, poniendo a su propósito, a los valores, pero sobre todo a la gente en el centro de esta.
Los clientes deben saber qué valores tienen y comparten con sus empresas favoritas. En la mayoría de los casos, esta voz es más importante que el precio y la disponibilidad del producto. La gente querrá sus productos porque se sienten apegados a la marca, a su propósito superior.
Por ello la empresa debe ser capaz de definir claramente el propósito superior de su negocio para garantizar una narración convincente, inspiradora, interesante y eficaz. Toda su comunicación e interacción con sus públicos debe basarse en el propósito que persigue su empresa y sus valores.
La mejor manera de hacer que su historia sea atractiva es hacerla humana, contar como la empresa cambia la vida de las personas para mejor, siendo coherente con todos los valores que dice compartir.
Para la gente es muy importante saber cómo quiere marcar la diferencia. Es bueno si la historia de su marca insinúa problemas sociales comunes que se resolvieron con la contribución de la empresa. Es incluso mejor si puede decir cómo intenta hacer de este mundo un lugar mejor resolviendo problemas a nivel de la comunidad.
Lo que es más importante, la historia de la marca debe ser honesta y coherente. Debe alinearse directamente con su declaración de propósito, hacer sentido con su misión y apegarse a los valores que declara le son importantes, para así poder establecer una conexión efectiva con sus audiencias, que se dejarán de ser solo clientes para convertirse en sus principales embajadores de una marca que marca la diferencia.
Influencer 💭 Experto e impulsor de la Responsabilidad Social y la vida con propósito. Fundador del Movimiento Iberoamericano de Responsabilidad Social. Empresability
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