La importancia para la empresa de conocer su entorno e identificar riesgos, expectativas y oportunidades de su gestión y de la relación con la comunidad.
J Felipe Cajiga ®
Experto e impulsor de la Responsabilidad Social y la vida con propósito. Fundador del Movimiento Iberoamericano de Responsabilidad Social Empresability
Si una empresa aspira a ser responsable, el primer paso es ser consecuente con los impactos de su actividad en todos los terrenos el económico, el social y el ambiental por lo menos.
La gestión responsable implica la integración de las preocupaciones y expectativas sociales, económicas y medioambientales en la toma de decisiones y en las operaciones de cualquier compañía.
No es posible hablar de una gestión responsable si esta no cuenta con el compromiso de la dirección de la empresa y el respaldo de todo el equipo gerencial y el concurso de todas las áreas y funciones. La gestión responsable es una tarea de todos. Por lo que se deben promover y propiciar procesos incluyentes y colaborativos en donde todos sean capaces de aportar, participar y ver reflejado el resultado directo de su trabajo en ello. Se debe propiciar el diálogo y la innovación con iniciativas que promuevan un comportamiento empresarial responsable y sostenible.
Pero antes de todo esto, y para poder avanzar en la mencionada gestión ambiental de la empresa, es indispensable realizar que esta cuente con un diagnóstico preliminar de cuál es su contexto, las oportunidades y amenazas que puede enfrentar.
Este diagnóstico inicial, permite conocer e interpretar su impacto ambiental y determinar si sus actuaciones son o no aceptables desde este punto de vista y tomar decisiones sobre la mejor forma de desenvolverse. El diagnóstico de impacto social además permite conocer el estado actual del desempeño social y ambiental de la empresa en las comunidades en donde interactúa y que tanta implicación tiene en la gestión misma de la empresa. Viabiliza la medición del beneficio o el perjuicio producido por la empresa, las causas de los impactos y los agentes implicados y asigna la responsabilidad de los impactos y la capacidad de influencia a quien los genera o quien hará la reparación de estos.
El contar con un buen diagnóstico de impacto fija la percepción del problema por parte de los implicados y la disposición de éstos para participar en su solución. No es solamente una herramienta predictiva, sino que también preventiva pues al detectar riesgos y amenazas le da posibilidad a la empresa de anticiparse y prevenir. Disminuye los costos vinculados con el impacto al poder tomar medidas para evitarlos o mitigarlos de una forma prevista. Es importante mencionar que se debe dar por sentado que la empresa cumple con la legislación y la normativa aplicable, pues de no hacerlo se estaría incurriendo en algo más allá de una responsabilidad social, en incumplimiento de sus obligaciones legales.
La empresa y el equipo que implemente el diagnóstico debe determinar previamente aquellos temas y aspectos prioritarios a evaluar con el diagnóstico de impacto como el consumo y manejo de materias primas, energía y agua, las emisiones de contaminantes y la generación de residuos, a los que la empresa puede añadir otros problemas específicos de su actividad. Pero también la participación de la Comunidad en la preparación, producción o ofrecimiento de un producto o servicio de la empresa: mano de obra utilizada, participación en la cadena de valor, empleo generado, etc. Siempre es bueno recurrir a documentos e informes sectoriales o de organismos especializados como universidades, centros de investigación o agrupaciones sociales, que suelen proporcionar ejemplos de buenas prácticas e indicadores que nos pueden servir a la hora de enfocar el diagnóstico, comparar sus resultados con el de otras empresas, así como de tener una referencia cuando se diseñen las iniciativas de mejora.
La empresa debe procurar conocer a detalle no solo los impactos directos producto de su actividad, sino también aquellos impactos indirectos que en ocasiones resultan más importantes para el buen desempeño de su negocio que los directos. Así que hay que evitar al máximo de lo posible omitirlos.
Principalmente hay dos tipos generales de impacto:
Impactos de origen, son todos aquellos impactos que se relacionan con la producción de los productos o bienes que ofrece la empresa o la preparación de los servicios brindados.
Impactos derivados, son todos aquellos impactos derivados del uso de servicios o productos de la empresa por parte de sus clientes.
Por último, te invito a que te respondas a estas preguntas:
¿Tú empresa conoce su impacto social y ambiental?
¿Realiza algún diagnóstico o alguna actividad orientada a conocer en que terrenos se mueve?
¿Remedia el daño una vez que este se presenta y es inevitable?
¿O se anticipa con medidas preventivas?
¿Qué puedes hacer al respecto?
Si quieres saber más o cómo puedes implementar el diagnóstico y la medición de impacto en tu empresa, pongámonos en contacto.
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